viernes, 18 de julio de 2008

La escalada


Si escalo por tus paredes descubro recónditos rincones,
esquinas, recovecos, cuevas y cavernas...y estalactitas y
estalagmitas que ansiantes de huellas llaman suplicantes
a los dedos que por ellas ahora caminan y caminan y caminan.


Melodía de manos danzantes en la piel ansiante de ser descubierta,
conquistada y pisada labio a labio y dedo a dedo, huella a huella,
húmeda, mojada y perfecta para encender la llama de la que escala,
que quiere ser colonizadora de los planetas de tu cosmos.


Es ella estrella que es fugaz, pero camina lenta dejando su estela
por donde la ves pasar y se deja ser descubierta por el que observa,
la noche de este universo que tan encendido en llamas se encuentra
que pareciera un atardecer fulgurante bajo los rayos del sol que quema.


Sol eres, soy estrella, y nuestras manos Venus, y nuestras pieles luna,
plata durmiente bajo los labios silentes que susurrantes suspiros expiran,
cuerpos cometas incandescentes que se recorren y funden en danza de llamas,
y se extasian en los placeres carnales profundos entre mil aguas, cascadas,
lluvia mojada, que invita a subir a la más alta cima nunca antes conquistada.


Escalemos, subamos, gimamos y ahora bajemos al fondo submarino
que de los mares también aguas nos traemos para subir la colina
y allá arriba en humedales, como cuerpos cósmicos, estallaremos.