viernes, 29 de agosto de 2008

El sueño de una noche de verano...



Se baña la dama en el bosque, se baña entre álamos de largo porte,
bajo sauces que lloran sus hojas sobre aguas de verde estanque,
ropas en piedra de musgo, mujer desvestida bajo el agua,
tersa, traslúcida y pálida piel de la dama desnuda...

Un caballero que extraviados sus pasos por semejantes parajes,
detuvo su montura para dar agua a beber a su negro corcél,
se ve transportado en locura al ver nadar a la dama vestida de piel.


-¿Qué ven mis ojos? ¡cuanta hermosura!
más soy caballero y no debo ver...ah, ¿qué hacer?

Grita la dama en asombro-sorpresa al ver unos ojos posados en ella.

-No os asusteis, no miraré, yo solamente quise dar agua a mi corcél...

-Volveos pues!

-Así lo haré.

Sonidos de gotas que escurren despacio, los pasos caminan acelerados,
se acerca la mano tan suave, tan bella y toma sus ropas de la piedra,
más aquél hombre, caballero-humano, no pudo evitar mirar de soslayo,
y quiso el reojo que se adivinase un cuerpo sediento de huellas y manos...

-Discúlpeme usted, pero bella dama, no pude evitar traición de mirada,
así que mis ojos me desobedecen y en vuestro hermoso cuerpo se pierden,
es más juraría, que desde hace tiempo con vos yo soñaba,
que en noches calientes por vos reclamaba,
como si os conociese de vidas lejanas.

La dama abrumada se cubre sus formas, telas sin vestir cayendo en caderas,
abre bien sus ojos, observa a quién le habla y muy lentamente susurra palabras...

- Vos no me creereis, pero exactamente lo mismo soñé,
juraría yo que a vos os conozco de fantasear en cálidas noches,
disculpeme usted, éste sin rubor, ¿pero no hace aquí demasiado calor?

-Vaya a ser que si, si puedo acercarme, mojaré su piel para abanicarle
en gotas de dedos que su fuego calmen...

-O en llamas que prendan...mi cuerpo arde

Y así el caballero se acercó a su dama, caliente, callada,
sus manos en ella dibujando formas, ella suspiraba,
se unen miradas en fulgor de llamas
y en beso cercano de aproximación
las lenguas encendieron la pasión...

-Creo caballero, que si os conocía, que en sueños ardientes os soñaba yo

-No hableis más mi dama, dejaos llevar, que era yo aquél que siempre os anhelaba...

Se desvisten pieles bajo verdes sauces,
se deslizan locas sobre pastos suaves,
se enlazan los labios , se muerden las bocas,
se buscan las manos, recorriendo formas,
serpentean ambos por los recovecos,
se comen las carnes, se beben sus aguas,
se hacen desbocados caballos danzando...

Escalan colinas y bajan montañas,
alimentan fuegos, alimentan lavas,
se hunden en sus cuevas, sumergiendo manos,
creando del barco mástil elevado
que en ríos derramados va surcando agua...

Suspiros al aire, gemidos al viento,
la cima se escala a tiempo y destiempo,
se sube, se eleva, y baja corriendo
en ríos, cascadas que van retorciendo
cuerpos extasiados en placer al descubierto.

Se mezclan perfumes, diluyen aromas,
esencia de cáliz en corolas...

Derrama el volcán su lava en la isla
en grito de victoria alcanzando cima,
inundando tierras en aguas desbordadas...

Bosque ciego y sordo, mudo por testigo
del fuego que antes comenzó prendido
y que ahora duerme reposado en ascuas...

Caballero y Dama, Dama y Caballero
realizando un sueño... que ambos tuvieron.