sábado, 8 de noviembre de 2008

Cuando el deseo clama


Qué efervescencia en mis papilas
cuando degustan tu piel...
despiertan las membranas
y las ramificaciones de los nervios
se extienden cubriendo tu mapa...

Haces receptivos mis sentidos
que reclaman...te llaman,
súplica de tácto dibujando llamas,
y nace un gemido que se hace flecha,
lo exhalo...lo inspiras.

Se hace contracción de espina dorsal
clamando tu entrada...la puerta abierta,
y las caderas sugieren un hundimiento,
la pelvis...elevación...levitar y danzar.

Contener del respirar cuando estás dentro,
suspirar...dejar el grito escapar,
la carne se hace deseo
y lo alza...culminando en labios
que se enlazan...en locura desbocada.

Escalofrío, placer en punzadas
que desde un mínimo inicio
toman altura...y crecen...
suben montañas.

Perpétuo eternizamiento del instante
mantenerse en ese éxtasis
y no permitir que acabe.

Lujuria de los sentidos,
inacabable, interminable,
alzable y extensible...

No pares...
respira...respiro,
sentimos...
¡gemidos!

Quédate dentro...siempre
permanezcamos,
la cumbre es alta
aún no subimos...
despacio...ya llegaremos.