miércoles, 3 de septiembre de 2008

Preludio desde Venus


Hasta cuando te caes de Luna
Eres fértil de pies y laderas,
Cuerpo angelado, pulcro...sin más mojado.

Por tus avispas corren aguas de esquina a esquina
Sin imaginar que así movieras las caderas
Cuando de tenerte cerca, me quedaba en ti...ensartado.

Un infierno en los poros labraron el sudor.
Y con miedo pregunté si te dejarías fluir.
Me dijiste que evitará todo aquello que no fuera sexo,
Y que silenciara mis palabras...o las trocara por un beso.

Pero no un beso-un beso;
me explicaste sobre el ósculo-non boca:
Me decías que había un par de cordilleras
que escalar,
Montañas donde la serpiente que portamos en la cueva labiodental
Debería buscar. No dijiste qué. Pero ahí, el áspid fue a parar.

Y ya ves. Ahora lo ves.
Ni la absorción de los cráteres bastó.
Enredaste tus garras en mis cabellos y me enseñaste Venus.
Descenso al paraíso esta vez.
La tentación se alzaba en un montículo boscoso que la lengua penetró.
Los dioses eróticos depositaron en tu himen la luz.

La guerra del idioma clitoral arqueó el espacio y se narcotizaron las almas.

Corriste en mi, y corrí un poco fuera de ti.


Más tarde inseminaría tus entrañas.