
Siendo sombras en tálamo de fuego,
los cuerpos arden y los rostro brillan.
La lujuria atraviesa el aire
y se instala en las sábanas.
Los dedos trenzan las carnes,
y la miel se esparce en el cielo.
Sus bellos frutos son arte,
en el jardín de los deseos.
Silentes de miradas,
ciegos de palabras,
con la respiración en sus brasas
y con suspiros en las entrañas.
Irreparablemente desnudos como el agua,
las caricias se abren paso en las siluetas que se aman.
los cuerpos arden y los rostro brillan.
La lujuria atraviesa el aire
y se instala en las sábanas.
Los dedos trenzan las carnes,
y la miel se esparce en el cielo.
Sus bellos frutos son arte,
en el jardín de los deseos.
Silentes de miradas,
ciegos de palabras,
con la respiración en sus brasas
y con suspiros en las entrañas.
Irreparablemente desnudos como el agua,
las caricias se abren paso en las siluetas que se aman.