
A veces siento que solo soy ojos,
que en mi cuenca confabulan lujuria y deseo,
que una llamarada hurga mis retinas
y que la impaciencia por observarte
es constante desvelo.
Que tu haces estrabismos cuando yo voy ciego,
que todas mis glándulas segregan la ansiedad
por meterte entre mis sueños.
A veces siento que mirar no basta,
pero si mis ojos pudieran tocar...
mis lágrimas besarian tu desnudez
y se encabalgarían en cada centimetro de tu piel.