jueves, 4 de diciembre de 2008

Y nos dejamos llevar


Oscuras imágenes se apropiaron de mis sueños,
envolvió mi mente el alarido solitario.
Se rasgo el firmamento
arrojando tu eternidad sobre mi cuerpo.

Fuimos noche, fuimos humo,
fuimos sombra oculta en el horizonte.
Se apagó la luz de las estrellas
y en la negrura extensa que creamos
nos fuimos devorando palmo a palmo.

Dejamos huellas indelebles en las carnes,
saciando los marfiles de tus fauces,
ensangrentados los marfiles de mis garras
de arañar en éxtasis tus sombras.

Arrancaré ese silente corazón de tu alma,
entre mis manos palpitará eternamente
regocijando con su savia mis colmillos,
mientras mi esencia afluye a tu vientre.

Suspira tu muerte en mis entrañas,
derrama tu no vida entre mis piernas.
Libemos gota a gota nuestra esencia,
calmando esta sed ansiante,
explotando en vampíricos orgasmos
de simiente y sangre.