
Hay materia que se impone por lo abundante y por su fluidez.
Hay ritmo en las palabras y provoca placer.
Es como un manantial de esbeltas caricias que tienden a la calidez.
Hay aguas desbordadas en medio de tu ser.
El cuerpo no resiste tanta excitación en la piel
y aquella sensual y orgásmica lucidez,
se opone al desperdicio de esencia y miel
lo que se impone es la lujuria...su embriaguez.
Ríos de leguas incendiadas, cual serpientes lumínicas de lasciva avidez
Que reptan células, mitocondrias y hormonas sedientas de saliva, vaho y un toque eléctrico.
Un poema de piernas enredadas, de concavidades atravesadas por un roce y pulso onírico
Capaz de estremecer conciencias erectas en el sueño de alguna redondez.
Hay materia genitalica y clitoral que mantiene la esperanza y el delirio de llegarse a conocer.