
Y por ahí en donde estabas, vi…
Una vez que hube mirado el celeste de la indumentaria
Se me hizo agua el agua y se me hizo vientre el vientre.
Contemplando fue que me miraba,
Luminoso, firme y poblado de urgidas ganas,
Me acerqué a tocar tu incienso,
Me arremoline en tus entrañas
Y escuche una melodía –o era gemido?- desde tus cimas y montañas.
Me volví espiral de caricias
Y te acomodé en la alfombra
Para dejarte todas aquellas que en los bolsillos del deseo yo llevaba.
Cerraste los ojos –algo decías que te cegaba-
Y te vi levitar desnuda, aunque aterciopelada
Y me dispuse a develar pétalos
Con besos del alma.
Ya no pude más y exploté en tus curvas, cuando tú oscilabas.
Por eso digo. Sí, en realidad si estabas.
Basamen con la Luna